RECONCILIACIÓN

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sábado, 19 de septiembre de 2015

Buenas Días...
Aquí publico las palabras y el vídeo que ideamos junto con Guido  Bulacio para el Acto de los  Actores Escolares, para nuestros compañeros que no pudieron estar presentes 

ACTO DE LOS ACTORES EDUCATIVOS
PALABRAS DEL PROFESORADO DE HISTORIA
A lo largo de los años de historia de nuestra Nación no fue fácil doblegar el espíritu de sus jóvenes estudiantes. Pero no por joven se debe decir que es inexperto. Joven de espíritu. De espíritu crítico, sagáz, capaz de poner en tela de juicio los órdenes antes establecidos.
El malestar universitario aparece íntimamente ligado al malestar social de una época, y las formas de expresar el descontento transitaron distintos caminos: denuncias y reclamos formales a las autoridades universitarias, formulación de cargos en tono perentorio, pedidos de intervención de la universidad, huelga estudiantil con inasistencia masiva a clase, toma de edificios universitarios, como así también permanentes manifestaciones callejeras y actos públicos, donde en la mayoría de las veces fueron acompañados por miles de personas.
Desde aquellos estudiantes que lograron aquella tan mencionada pero a veces poco valorada Reforma Universitaria de 1918, que daría origen a reclamos que serían motivo de lucha y debate en el resto de América latina, incluso 50 años más tarde. Cuestiones tan básicas para nuestros días, que al día de hoy pierden el verdadero valor con que deben apreciarse. Se lograron cuestiones tales como autonomía universitaria; ingreso irrestricto; acceso a los cargos por concurso público de antecedentes y oposición, por un período establecido; reconocimiento de los centros de estudiantes elegidos democráticamente; Cátedras paralelas; Cogobierno de la institución, constituido por todos los claustros (estudiantes, docentes y graduados).
Otro ejemplo histórico: Durante quince años las Hermanas Olga y Leticia Cossettini buscaron una educación distinta que se alejara de la anticuada institución normalizadora. Además buscaba una escuela puertas abiertas, que permitiera acercar a los niños a la realidad, y que se acercase a la Comunidad. Pero el tiempo pasaría rápido y el desenlace sería inevitable. El 28 de agosto de 1950, luego de varios intentos de frenar y/o doblegar el carácter tan particular de la Institución, y mediante la fuerza, Olga fue separada de su Escuela Serena. De esa manera se terminaron quince años de plenitud y armonía, cortando el arduo trabajo con un decreto esta vez inapelable; otro ataque directo a la construcción de ideales solidarios y formativos.
Años más tarde, más precisamente 1968, en un proceso de constantes protestas masivas a nivel global y respuestas violentas: movimientos contra la Guerra de Vietnam y el asesinato de Robert Kennedy, marchas por los derechos Civiles y el asesinato de Martin Luther King Jr., La Primavera de Praga y la posterior invasión a Checoslovaquia por los integrantes del Pacto de Varsovia, excepto Rumania.
En este marco al que algunos pensadores e historiadores han denominado “Revolución cultural de 1968” se darían dos de los más importantes movimientos estudiantiles de todos los tiempos. En Francia, una protesta estudiantil contrarios a la sociedad de consumo logró la unión de movimientos de obreros y sindicatos y del Partido Comunista Francés que llevó a una de las mayores revueltas estudiantiles, y obligó al entonces Presidente francés Charles de Gaulle a adelantar las elecciones legislativas de ese mismo año. Si bien el gran vencedor de esa elección fue la Unión de Demócratas por la República, obligó al gobierno y a los legisladores oficialistas a llevar a cabo una amplia reforma para hacer frente al malestar social.
Por su parte, en México, y con un final mucho más triste, se dio lugar a una serie de protestas que desembocarían en La Masacre de Tlatelolco o Bazookazo. Durante aproximadamente seis meses, los estudiantes universitarios organizados en Asambleas, y con  el apoyo del Rector de la UNAM, se levantaron en huelga frente a las políticas de Díaz Ordaz. Durante una marcha al Zócalo, comenzó la represión sin distinguir entre huelguistas y transeúntes. El 30 de julio de 1968, la Preparatoria 1 y 3 es atacada por el ejército y su puerta labrada del siglo XVIII es destruida mediante un tiro de bazuca.
El 27 de agosto de 1968 una multitudinaria marcha se dirigió al zócalo capitalino. Asisten aproximadamente 30 mil personas. Ya no eran solo estudiantes, había también partidos políticos, obreros, amas de casa y muchas personas que ya no aceptaban las políticas de Díaz Ordaz. Las marchas terminaron con la represión, tortura y encarcelamiento de aproximadamente 3000 manifestantes.
Aún se desconoce la cantidad de muertos que hubo aquel fatídico 2 de Octubre, pero las cifras actuales se estiman entre 250 y 350. Otros aseguran que llegaron a los 1500 y que muchos de los cuerpos muertos fueron incinerados ni bien terminada la represión.
La “Noche de los bastones largos”, ocurrida en 1966, al inicio de la dictadura de Onganía, da inicio a un proceso de caída de la calidad educativa en todos los niveles. Comienza el éxodo de docentes y científicos de primer nivel hacia el extranjero y/o universidades privadas. No nos sirve, tampoco, quedar en mero recordar que en los ’70 no todos podían opinar o formar Instituciones democráticas. Aquí cabe recordar a docentes y estudiantes en el marco de lo que se conoce como “La Noche de los Lápices” durante la última dictadura.
Si verdaderamente queremos enaltecer a todos aquellos estudiantes, educadores y demás actores sociales que decidieron hacer de la Educación una lucha día a día, debemos recordarlos todos los días, y no solo recordarlo, sino también recordar su lucha y los motivos que los llevaron a esa postura.
La única manera verdadera de lograr una Educación de calidad e inclusiva la seguimos teniendo nosotros, desde el rol de docente. Saber para qué enseñamos y por qué enseñamos hará de la Educación una herramienta de inclusión y cambio. Saber sobre nuestra materia y sobre lo que enseñamos hará una Educación de calidad.